Mayo 28 / 2014
AMÉRICA 4 -- LLANEROS 0
ASÍ SÍ AMÉRICA. . .
"...Muchachos, mátense porque si hay algo que no soporto es ver las finales por televisión..." Calors Bilardo
Los treinta mil del jueves pasado al parecer no se movieron de su sitio, conservaron su lugar para ver al rojo en la noche clara de hoy. La hinchada que no duerme por este sueño del ascenso otra vez cumplió, esperaron seis días para saciar su sed de ti Mecha; porque verte Mecha, seguirte Mecha, es nuestra mejor excusa para ser feliz.
Era inevitable sentir algo de temor, a pesar de la fe inquebrantable en esta causa, sabíamos que Llaneros podía complicar y quedó claro en los primeros minutos del juego: el visitante se aproximó e hizo contener la respiración de la muchedumbre. El rojo respondió con vehemencia y a la salida de un tiro de esquina, Suárez la bajó y el flaco melenudo quedó frente al arco sur (...) El arquero achicó, Tapiero sintió el balón es sus pies, e incomodo, como quitándose un papel pegajoso del zapato, pateó suave y puso el primero. Goool, un gol que fue una exhalación. Tapiero caminaba de regreso a su campo con una satisfacción indescriptible, lo merecía.
El rival entendió el gol como un accidente y no cambió su propuesta mientras que el rojo controlaba el juego, aunque tenía serios problemas por derecha. La tribuna no cedía el aliento, el fragor que salía de las gradas impulsaba al equipo a proteger la ventaja. Yamilson, en defensa, con una pirueta como las del Pilar, puso el balón en lo pies de Peñaranda, que corrió desbocado desde mitad de cancha balanceándose para desarmar la defensa rival y con zurda, sentenciar que el profe J.J no está equivocado con él, que no es tozudez que sea titular. 2-0 y el rancho ardiendo. Lucumí robó el balón en la salida del rival y cedió honores a Peñaranda que dibujó un mágico 3-0 sobre el hermoso lienzo del Pascual. El primer tiempo fue una ambrosía; América ganaba, la contundencia que nos había desamparado, renació. América ganaba y la hinchada estaba pletórica de felicidad. Así sí América.
En el segundo, como en el primer tiempo, Llaneros sorprendió en los primeros cinco minutos y puso en calzas prietas la defensa que lució nerviosa en esos pasajes del partido, incluso Viera tuvo que hacer su aporte mayúsculo a la victoria. De ahí en adelante el rojo se adueño del trámite más no del balón que seguía bajo el gobierno visitante. Faltó más agresividad en marca porque a pesar de sentirse controlado, Llaneros era eficiente con la pelota e incomodaba. Por fortuna no trascendió. La felicidad era evidente, la satisfacción total, pero el fútbol guardaba un obsequio más para la hinchada adicta a este color. Balanta, llegando al área y en medio de cinco rivales se deslizó como una anguila para recibir la segunda pared que él mismo propuso, y antes del área chica, cuando pensamos que la iba a tocar sobrándose de calidad; sacó de su pierna izquierda un misil, un zapatazo, un taponazo que solo encontró fin en la red, porque la gente con el grito de ¡GOOOL HP! no lo dejó terminar.
El partido finalizó ante las tribunas que se iban a caer y las palmas orgullosas de cada uno de los hinchas, que conmovidos agradecían el combate que hoy enfrentó con entereza este ejército de humildes. Y como lo grita alguien por allí, en un rincón del Pascual, con la garganta inflamada de tanta pasión “…y así sí, y así sí, y así sí, América…”.
Saludos!
MAURICIO BERMÚDEZ --- @MBER226
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