Abril 19 / 2014
REAL SANTANDER 0 -- AMÉRICA 1
LA MÍNIMA DIFERENCIA. . .
"...a veces, en fútbol, tienes que marcar goles..." Thierry Henry
La noche santa anterior el
equipo fue recibido y acompañado cálidamente por su gente, por esos que
se sienten poseídos de esta devoción paralela y que orgullosos ondeando
sus brazos entonan cánticos que invitan a salir campeón y a volver a
primera. El rojo estaba en casa.
Una llovizna ligera en la previa
acompañó la procesión de cinco mil devotos que llegaron a la cancha.
El equipo se ubicaba en el campo y tomaba el mando del partido con
Hernández, Lucumí y Mendoza como inicialistas y principales novedades en
el medio campo. El equipo compacto satisfacía la mirada de la tribuna
porque hacía buen trabajo en cada sector de la cancha y las opciones con
el correr de los minutos seguro iban a llegar. Mendoza fue el primero
que se acercó y luego los extremos que hoy jugaron como tal hicieron lo
propio, el gol debía aparecer y consigo el grito desgarrador que llegó
de forma mágica en la tarde del triduo pascual cuando Velásquez, si; el
que tanto ha sido criticado, recibió en el área sin espacio, se despegó
de su marcador, respiró hondo y acarició el balón, de golpe secó y
exacto que éste en un recorrido corto e inalcanzable buscó el fondo del
arco rival. ¡GOLAZO! El grito se hizo aún más ensordecedor ¡GOLAZO,
vamos mecha!
Foto: Vanguardia liberal
El rival no reaccionó al gol y
confundido veía como el ejército de humildes se multiplicaba en la
cancha generando riesgo y acercándose al segundo gol. El equipo fue
bondadoso en juego, fue amplio, solidario y causó zozobra a la defensa
rival. Los recientes primeros tiempos fueron para olvidar, por eso,
camino al vestuario, en la tribuna, pegado al radio o donde la fe por la
mechita palpitase, se saboreaba el sabor placentero de un primer tiempo
exquisito.
Era menester marcar más goles, dos o tres tal vez.
El trámite del partido era un
aire de tranquilidad que solo se alteraba por una leve brisa de
desconfianza; la definición sigue en mora y no sería justo caminar
nuevamente por aquella estrecha línea. Antes de cinco minutos Tello
erró el gol y el árbitro no validó un penalti que su asistente le
informó; la mechita y su gente iban por todo. . . El rojo seguía
escudriñando su fútbol en busca del segundo, pero el balón no entraba;
nuevamente ese detalle de meterla se quedo por fuera de la fiesta.
Viera hizo con mayúsculas su aporte, Santander despertó del coma al que
había sido sometido y niveló las cargas de cara a los minutos finales.
El partido se ponía mano a mano y aunque nuestro arco no estuvo riesgo;
por salud a estas alturas los partidos deben estar liquidados. Córdoba
con pocos segundos en escena y el argentino sobre el cierre tuvieron el
segundo en sus pies, pero la historia de este partido no permitiría
otras alegrías. La mínima diferencia se quedó con los gritos
enardecidos de más y más goles.
¡Ganamos! Ganamos bien. El
juego mejoró y la actitud ganadora y güeeevos siguen con este ejército.
Esto huele a cuartos de final, hay que seguir ese aroma que señala el
camino correcto de regreso a primera división. ¡Ganamos!
Saludos!
MAURICIO BERMÚDEZ --- @MBER226
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