martes, 18 de junio de 2013

Diego Umaña ya piensa en el segundo semestre


Se había mantenido distanciado de la prensa deportiva y encargado de alejar a los medios de Cascajal. Sin embargo, el técnico del América de Cali, Diego Édison Umaña, cambió de actitud, rompió el silencio, dio la cara y atendió luego del entrenamiento matutino del martes.
Su primer argumento se soportó en números, cifras y estadísticas que ponderan el rendimiento logrado por los ‘diablos rojos’ durante la fase ‘Todos contra Todos’, que contrastan radicalmente con la pobreza exhibida en Cuadrangulares Semifinales del Torneo Postobón I.





“Al término de la primera parte del torneo, América demostró ser el mejor. De 18 partidos hizo 39 puntos, con un 72.2% de rendimiento global, fue la mejor delantera y la mejor defensa”, argumentó.
Pero, justificó, que para encarar la Semifinal del Torneo Postobón I, la instancia definitiva, “la delantera titular estaba suspendida y lesionada”, refiriéndose a jugadores clave en su estructura táctica como Paulo César Arango, Yámilson Rivera y Juan Gilberto ‘Pichú’ Núñez.
Para curarse en salud, Umaña aclaró que con todas estas explicaciones, números y argumentos, no está “abriendo el paraguas”, enfatizando que “mientras estuvimos completos fue otra cosa”.

No quiso profundizar sobre los supuestos aspectos extrafutbolísticos que pudieron hacer mella en el rendimiento de su plantilla. Pero reconoció que en un equipo como América la presión es muy grande.
“Cuando en el primer semestre de 2008 perdimos la final con Chicó, amenazaron a dos o tres jugadores del América. Jugar acá es diferente y los jugadores tienen una responsabilidad muy grande en momentos decisivos”, dijo.
Sin desconocer que sus futbolistas se brindaron en la primera fase del Torneo Postobón I, confesó que para los Cuadrangulares “vinieron los nervios, la presión, los gritos; te desesperás y la parte mental empieza a jugar”.
Umaña aseguró rotundamente que, contrario a lo que gritaron los hinchas en el partido contra Llaneros, “el equipo no se paró; siempre hablé del compromiso de estos jugadores, que siempre entrenaron bien y quisieron venir a jugar a la B por tratarse de América, como lo hice yo, que estaba cómodo trabajando en la A”.
En el tema de los refuerzos que necesita el equipo, pensando en el torneo del segundo semestre de 2013, Diego Édison dio a entender que las directivas están en mora de cumplir lo prometido y se atrevió a dar una lista de aquellos elementos que le gustaría vestir de Rojo.
“Desde enero lo vengo diciendo. A comienzos de temporada me trajeron cinco jugadores y que a mitad de año iban a traer cuatro o cinco más. Yo quiero a Uribe (Fernando), Arzuaga (Martín), Montaño (Jhonnier) y Ferreira (David)”.
También metió en esa lista, y en calidad de Plan B, los nombres de los antioqueños Jonathan Álvarez y Diego Álvarez. El primero ya estuvo por las toldas Rojas.
“Aspiro tener los jugadores que quiero. Los dirigentes que están ahora hacen muchos esfuerzos para ello, han tratado de mantener vivo al América y les ha tocado sacar de su bolsillo para pagar muchas cosas, porque el promedio de taquilla es de cinco mil personas y no tenemos publicidad en ningún lado”, remarcó.
Y a propósito de fanáticos, el D.T. vallecaucano se reiteró en el recado que desde su llegada ha enviado a los hinchas del América: “Hay que estar en el estadio no importa el resultado, porque así lo exige la situación del América para poder regresar a la A. No hay dinero para traer los jugadores y no sé qué se va a hacer”.
Por lo pronto el equipo de Diego Umaña se aferra a las posibilidades matemáticas y espera un milagro para llegar a la Final del primer semestre. Para ello tendrá que sumar los seis puntos ante Rionegro (de visitante este jueves) y de local ante Unión Magdalena (el domingo), que los samarios se vayan en blanco en sus dos salidas y que tanto Rionegro como Llaneros apenas consigan tres unidades cada uno en lo que les falta. Complicado pero no imposible. A rezar y esperar.

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