Sacerdote Hurtado Galvis, hincha del América. |
El padre hincha
Pero, ¿por qué un cura, (que además es abogado de profesión y a sus 88 años es profesor de una universidad de Cali), es hincha del rojo, un equipo que porta como símbolo principal al diablo?
“Mijo, el diablo no es como lo pintan, no tiene cachitos y mucho menos cola. El está en espíritu”, afirmó el cura en medio de una risa larga y sonora como su propia inteligencia y fluidez para hablar de lo bueno y de malo, todo para explicar que su amor por América es de niño y lo lleva en el corazón desde antes de ser cura o abogado.
El padre Alfonso Hurtado es hijo de Liberio Hurtado Domínguez, quien fue muy amigo de Pascual Guerrero, un hombre reconocido en la región, y que en su momento hizo parte de la Asamblea del Valle, razón por la que desde muy pequeño fue cercano al deporte y posteriormente al América.
Por medio de una ordenanza, liderada por Pascual Guerrero, después conseguirían el terreno del escenario más grande de Cali, donde América escribiría páginas doradas luego de haber sido un equipo de barrio en la cancha Galilea.
En 1979, el dirigente y presidente de América Pepino Sangiovanni le preguntó a Hurtado Gavis: ¿Padre usted cree en las maldiciones? A lo que el padre contestó: “Las maldiciones no existen, contrate jugadores nuevos y buenos”, y Sangiovanni no dudó en hacerlo. Vendrían las contrataciones y el supuesto exorcismo de Galvis para que América lograra su primer campeonato y posteriormente muchos títulos de forma consecutiva.
América en la B
No hay hincha que no piense que su equipo ganará siempre, y menos si este cuenta con un poquito de ayuda divina.
“Me dolió mucho cuando América bajó a la B. Pero creo que está sufriendo lo que le dejó el narcotráfico”, explicó el padre, quien después de 88 años de vida como seguidor rojo, mantiene intacta la fe en el equipo de sus amores.
“El maestro Eduardo Lara es de lo mejor que hay”, asegura, confiando en que el próximo martes América logrará una nuevo campeonato
“Que la bendición del Dios Todopoderoso, Padre, Hijo y Espíritu Santo descienda sobre el América”, así le deseó suerte el padre al conjunto que a él, igual que a muchos, le enciende la llama roja de la pasión.