Agosto 18 / 2014
BOGOTA FC 1 -- AMÉRICA 2
93 PARTIDOS DESPUÉS. . .
La gente caminaba hacia Techo con escepticismo en su andar, con el ceño fruncido; aún se consiguen boletas. El sacrificio de no entrar a la cancha afrontaba su prueba de fuego en una Bogotá rojísima, endiablada como en los días de antaño. La gente llegó y en su mayoría aguantó las ganas de entrar y alentar para hacerlo desde afuera. Las puertas abiertas, la multitud incrementó la intensidad de los cantos como si el partido estuviera en su clímax. El juego empezaba y detrás del arco el vacío símbolo del dolor. ¡Hoy hay que ganar, hoy hay que ganar!
El rojo se acomodó pronto sobre su rival copando cada espacio de su zona, doblando las marcas y tocando de primera de Prisco a Pérez y de él hacia el frente. Las opciones comenzaron a caer y de la misma forma nuestros delanteros a fallar miserablemente. América jugaba bien y la pólvora se escuchaba en las afueras, el carnaval nunca muere. Pocas instrucciones salían de J.J que goloso frotaba sus manos como presagiando una goleada monumental; pero seguían fallando. América jugaba bien ante un limitado rival que en un pelotazo a la espalda de Palacios se encontró con un penalti. Gol de Bogotá. Absurdo desde todo punto de vista. ¿Qué siente usted querido lector en este momento?
Fin del primer tiempo. A reflexionar sumergido de las ondas aromáticas de un tinto negro, insípido, caro y frio; como nuestro presente.
El partido continuó y América dejó de jugar bien, nervios e impaciencia llevaron a errar las entregas. Pérez el único claro, se convirtió en un incomprendido que no hallaba respuesta en sus compañeros. Y cuando parecía que en esta noche fría la ilusión seguiría siendo marchita, Viáfara llegó a fondo como una exhalación, centró, y de atrás el incomprendido halló el balón y lo reventó para empatar el partido. Estiró su camiseta hacia adelante y con la excitación propia de la circunstancia gritó –GOOL HIJUEPUTA–. Tímidos pero sinceros ¡AMÉRICA! ¡AMÉRICA! ¡AMÉRICA! acompañaron la reanudación del partido que no fue más que un pobre juego. El equipo no tuvo el carácter para someter a su adversario.
Hay situaciones de juego en las que se ve de qué está hecho un entrenador. Una de ellas es cuando su rival pierde un jugador. Qué ironía, Bogotá quedó con diez y se acercó con peligro a nuestro arco. Sin embargo, esta noche de sentimientos encontrados guardaba algo más para nosotros; a dos minutos del final y a 20 metros del arco, Pérez decidió acabar con 23 meses de este equipo sin remontar un partido, y colgó el balón causando delirio general en el occidente bogotano. Golazo. No había otro que hoy lo pudiera hacer. Gracias Jhon Pérez, gracias.
Fue un domingo cálido de septiembre en 2012, también en Bogotá pero en el Campín con la popular a reventar. El rojo vestido de negro enfrentó a Expreso que al minuto 20 ganaba 1-0. Un doblete de cabeza de Julián Lalinde antes de terminar cada tiempo nos entregó la victoria. Debieron pasar 93 partidos y mucho dolor para que este equipo encarnando a una institución que pretende regresar a primera, volviera a darle vuelta a un partido y terminar ganándolo.
Saludos,
MAURICIO BERMÚDEZ --- @MBER226