lunes, 28 de abril de 2014

PARA VERDADES EL TIEMPO. . .

Abril 27 / 2014
AMÉRICA 1 -- LLANEROS 1
 
PARA VERDADES EL TIEMPO. . .
 
"Los pobres no rotan"  Titular diario Marca diciembre 15 / 2013
 
 
Minuto 17; pase profundo que atravesó la zaga visitante y dejó a Murillo frente al arquero; amagó, pensó, esperó, pensó otra vez y se la entregó.  Hasta ese momento América estaba a merced de Llaneros que erró un penalti, se aproximó dos veces más y con un toque sencillo dominaba al rojo ante la incrédula mirada de 23 mil que llegaron a la cancha. El rojo estaba desorientado y despistado. Dos minutos después, Pluto y el palo evitaron que el balón entrara. 

Los niños en la tribuna, algunos ajenos a lo que sucedía, disfrutaban su fiesta y esperaban que el rojo anotara y les entregara un gol como obsequio; francamente era complicado. Saque largo de puerta, rebote en campo contrario que toma Mendoza y con una sutileza y precisión que confunden, al minuto 24 asistió a Lucumí para cruzar de zurda el balón que antes de tocar la red decidió besar el palo. ¡GOOOOL! ¡Hay que saltar, hay que saltar! Hasta allí llegó el juego del visitante que por poco recibe el segundo cuando un zapatazo de Mendoza fue devuelto por el palo. ¡Hay que saltar, hay que saltar! El rojo mejoró solo un poco y el rival perdió el rumbo de su juego.

Celebración del Gol de Steven Lucumí | Fotografía @ESTEBENZ

De este primer tiempo y del fútbol del equipo en general hay aspectos que son difíciles de entender y que solo están en la mente de un pensativo J.J, que cruzado de piernas, con la mano cerrada contra su barbilla esbozaba un gesto de inconformismo.

El segundo tiempo fue un mazacote grueso, imposible de digerir.  América no era claro y no tenía actitud; la mitad del campo era un terreno baldío. En defensa los nervios y la torpeza se vistieron  con esta camiseta grande, pesada, solemne. Y en ataque, Velásquez vagaba con la paciencia absurda del que cuenta granos de arena, esperando que le llegara una pelotica de gol.  Este equipo en la tarde de los niños  invocaba historias recientes de los dos últimos años.  El central (el nuestro) asistió al delantero (al de ellos) y el partido se empataba con una ligera tendencia a perderse. ¡Hay que poner más güeeevos… güeeevos! ¡Sudar la camiseta! El mazacote tomó una dinámica inesperada en los últimos diez minutos; Velásquez tuvo su chance y no la concretó así como Llaneros las suyas, reviviendo aquella dolorosa noche de Junio 16 de 2013 cuando nuestra ilusión fue pisoteada y escupida.   Fin del partido, el absorto J.J ya no estaba en su puesto y esta hinchada inigualable se retiraba con una fuerte trompada a la moral. El regreso a casa es aún más largo cuando llevas en la mente, como el trailer de una película de suspenso pasajes del partido de hoy.

No sabemos si esta es la forma de preparar un equipo para instancias definitivas. No sabemos si esto sea lo correcto.  No sabemos qué va a pasar.  De lo que si estamos convencidos es que los pobres no rotan.  Para verdades el tiempo. Esperemos.
 
Saludos!
 
MAURICIO BERMÚDEZ --- @MBER226

 

viernes, 25 de abril de 2014

ALGO MALO IBA A PASAR. . .

Abril 23 / 2014
 VALLEDUPAR 2 -- AMÉRICA 1

ALGO MALO IBA A PASAR. . .

"...por favor no juegen ese partido, por favor..."


¡Carajo, que difícil es estar lejos de la Mecha! Es muy verraco saber que está a la distancia y que no le puedes dar tu aliento de cerca. Es muy verraco caminar de lado a lado como un sonámbulo a la espera que del radio o del teléfono salga el gol del rojo. !Carajo, que difícil es estar lejos de la Mecha! y sentir que el sitio donde estas no es el correcto, porque tu lugar indicado es junto al rojo.   


Al cabo de tres horas y media de agónica espera por cuenta de la lluvia que caía del cielo que se había roto, el partido que no se debió jugar empezaba.  ¡Vamos América! 


Enfermo por el fútbol y la Mecha pero enclaustrado en la sala de urgencias de un hospital orientó toda su atención al rojo cuando al oído le decían "el partido en el Armando Maestre inicióóóóóóóó". Las pautas comerciales de inmobiliarias, escuelas de fútbol y restaurantes que se oían no le permitían dibujar claramente el partido en su mente, no obstante, estaba convencido que el rojo jugaba bien, o al menos eso quería creer. Adormecido por los medicamentos que le suministraron escuchaba la primera opción de gol no concretada por su equipo. Según podía deducir del relato y los comentarios el local niveló las cargas emparejando así el partido.  Algo malo iba a pasar. No debieron jugar en esas condiciones.  La integridad de los jugadores estaba en riesgo; no debieron jugar.  Roja para Peñaranda y un rosario de amarillas colmaron la paciencia de JJ López quien también salió expulsado.  Minutos después, un error defensivo, al menos eso creyó escuchar, ponía el partido 0-1. 

Pluto en su debut era elogiado constantemente por el comentarista y el narrador que decía –Nos salvaste Pluto ve-  -América no juega bien- señalaba el comentarista y un par de –Nos salvamos ve- del narrador  presagiaban lo peor.  La batería estaba por agotarse y la angustia de saber qué pasaba se confundía con el malestar físico que lo había llevado al hospital. ¡Vamos América! Decía repetidamente ante la mirada curiosa de otros convalecientes que se rieron de él cuando apretó sus puños y sacudió sus brazos a la altura de la cabeza; su equipo con ganas y corazón empataba el partido.  La señal se cayó por algunos minutos que para él fueron eternos y al regresar la peor de las noticias; rebote en el área y gol de Valledupar.  


La lluvia recobraba el protagonismo que se resistía a abandonar y sin cesar caía sobre el potrero que al parecer no soportaría.  Por la descripción del comentarista era un auténtico lapo de agua.  El partido estuvo suspendido dos minutos, se reanudó con la opción del empate que no concretó González y antes de cumplir 45 minutos, el señor del silbato decidió darlo por terminado.  Por fortuna no sucedió aquello tan malo que presagió y que le decía que no era conveniente jugar. América perdió el partido, eso fue lo malo.


La batería se agotó al tiempo que el partido y la jornada en el hospital también terminaron, y  en el alma, aún lastimada por la derrota,  la convicción que es muy jodido estar lejos de la Mechita.


Saludos!

MAURICIO BERMÚDEZ --- @MBER226


lunes, 21 de abril de 2014

LA MÍNIMA DIFERENCIA. . .

Abril 19 / 2014
 REAL SANTANDER 0 -- AMÉRICA 1
 
LA MÍNIMA DIFERENCIA. . .
 
"...a veces, en fútbol, tienes que marcar goles..." Thierry Henry 
 
La noche santa anterior el equipo fue recibido y acompañado cálidamente por su gente, por esos que se sienten poseídos de esta devoción paralela y que orgullosos ondeando sus brazos entonan cánticos que invitan a salir campeón y a volver a primera. El rojo estaba en casa.
 
Una llovizna ligera en la previa acompañó la procesión de cinco mil devotos que llegaron a la cancha.  El equipo se ubicaba en el campo y tomaba el mando del partido con Hernández, Lucumí y Mendoza como inicialistas y principales novedades en el medio campo.  El equipo compacto satisfacía la mirada de la tribuna porque hacía buen trabajo en cada sector de la cancha y las opciones con el correr de los minutos seguro iban a llegar.  Mendoza fue el primero que se acercó y luego los extremos que hoy jugaron como tal hicieron lo propio, el gol debía aparecer y consigo el grito desgarrador que llegó de forma mágica en la tarde del triduo pascual cuando Velásquez, si; el que tanto ha sido criticado, recibió en el área sin espacio­, se despegó de su marcador, respiró hondo y acarició el balón, de golpe secó y exacto que éste en un recorrido corto e inalcanzable buscó el fondo del arco rival. ¡GOLAZO! El grito se hizo aún más ensordecedor ¡GOLAZO, vamos mecha!
 
Foto: Vanguardia liberal
 
El rival no reaccionó al gol y confundido veía como el ejército de humildes se multiplicaba en la cancha generando riesgo y acercándose al segundo gol.  El equipo fue bondadoso en juego, fue amplio, solidario y causó zozobra a la defensa rival.  Los recientes primeros tiempos fueron para olvidar, por eso, camino al vestuario, en la tribuna, pegado al radio o donde la fe por la mechita palpitase, se saboreaba el sabor placentero de un primer tiempo exquisito.   
 
Era menester marcar más goles, dos o tres tal vez.
 
El trámite del partido era un aire de tranquilidad que solo se alteraba por una leve brisa de desconfianza; la definición sigue en mora y no sería justo caminar nuevamente por aquella estrecha línea.   Antes de cinco minutos Tello erró el gol y el árbitro no validó un penalti que su asistente le informó; la mechita y su gente iban por todo.  . . El rojo seguía escudriñando su fútbol en busca del segundo, pero el balón no entraba; nuevamente ese detalle de meterla se quedo por fuera de la fiesta.  Viera hizo con mayúsculas su aporte, Santander despertó del coma al que había sido sometido y niveló las cargas de cara a los minutos finales. El partido se ponía mano a mano y aunque nuestro arco no estuvo riesgo; por salud a estas alturas los partidos deben estar liquidados.  Córdoba con pocos segundos en escena y el argentino sobre el cierre tuvieron el segundo en sus pies, pero la historia de este partido no permitiría otras alegrías.  La mínima diferencia se quedó con los gritos enardecidos de más y más goles.
 
¡Ganamos! Ganamos  bien.  El juego mejoró y la actitud ganadora y güeeevos siguen con este ejército.  Esto huele a cuartos de final, hay que seguir ese aroma que señala el camino correcto de regreso a primera división.  ¡Ganamos!
 
Saludos!
 
MAURICIO BERMÚDEZ --- @MBER226

miércoles, 16 de abril de 2014

ESA ESTRECHA LINEA

  AMÉRICA 1  --  CARTAGENA 0

 
 ESA ESTRECHA LINEA. . .
 
Los partidos anteriores en San Fernando dejaron un vacío en el hincha que solo podía ser llenado con una presentación fastuosa que debía ser hoy.  Una semana larga de trabajo y la motivación en su punto máximo se combinaron para llevar a 24 mil  que siguen ratificando que esto no es casualidad, el que tiene más gente se preparaba para dar el golpe de autoridad.
 
Un pobre rival llegó a Cali en busca de un premio seco.  Este equipo no venía a “jugarse un partido aparte”, venía a ver que pasaba y los once deshojados nogales vestidos de amarillo, se sembraron en la cancha del Pascual a esperar que el tiempo hiciera lo suyo. ¡Que pobretón este Cartagena! Hay que golearlo sin piedad, al cabo de diez minutos ese era el panorama en la cancha, la tribuna y los corazones escarlatas.  Al tiempo que la efervescencia por la inminente goleada subía al son de las opciones que llegaban, la definición bajaba casi a su mínima expresión.  Era increíble que no le marcaran a una zaga liderada por Humberto Mendoza.  Pero así fue; Yamilson la tuvo y exageró, Yamilson la tuvo y no la entregó, Yamilson la tuvo y no pateó bien.   Velásquez se acercó y tropezó, Velásquez se acercó y no la recibió y Tello la tuvo pero su limitación técnica lo borró.  Así las cosas el primer tiempo se escurría en un talego de ansiedad junto a cuatro opciones claras y la dejadez de Córdoba que nos ha dado a entender que es mejor cuando entra que cuando inicia; ¡a calentar el pechito mijo, esto es América!

 
 
Como se ha vuelto costumbre, los primeros cinco minutos del segundo capítulo mostraron el frenesí propio de esta camiseta.  El equipo salió decidido a talar a su rival; líneas adelante, el nueve entre los centrales y los laterales prestos a lanzar cuanto hachazo fuera posible asestar. El balón surcó el extremo sur de la cancha, partió de la esquina impulsado por Tello ante la mirada fija de los centrales en la mitad del área.  La pelota se acercaba al único sitio donde es imposible anotar.  Bola del arquero que sembrado como un nogal antiguo solo vio el salto imponente de Henao que desvió fuerte el balón al fondo.  Gol y carrera a los brazos del entrenador antes que a sus compañeros.  Gol, un grito que servía para soltar ese nudo de barrilete en el que se convertía el partido.    El equipo siguió encima del rival durante los minutos posteriores al gol pero con el paso de otros pocos segundos perdió la medida mermando su producción y con ello la posibilidad de firmar un triunfo cómodo. 
 
Adentro Lucumí y Mendoza por el frio Córdoba y un golpeado Yamilson.  El Rojo fue perdiendo los bríos, la actitud decaía, el fútbol partía por los vomitorios y los güeeevos solo se palpaban en  la tribuna.  Aún con un hombre más el equipo no era capaz de doblegar a su rival y se sumergió en una especie de “fútbol control” (insulso por demás) que no era bien ejecutado porque las jugadas no se terminaban y se carreteaba el balón sin dirección alguna.  De la nada, el rival más discreto que ha pasado por esta casa se encontró de frente con el empate; el balón quedó diagonal al arco de Viera sin más oposición que él y la respiración contenida de miles que apretaron cada músculo de su cuerpo desviando la trayectoria del balón y exhalando con un sosiego temeroso.  El equipo nuevamente caminó al filo de esa estrecha línea que divide un punto de tres.
 
Nos salvamos.  El partido se acabó.  
 
Saludos!
 
MAURICIO BERMÚDEZ --- @MBER226

lunes, 7 de abril de 2014

EL CALOR DE LA HINCHADA. . .

Abril 6 / 2014
 RIONEGRO 1 -- AMÉRICA 1   
 
EL CALOR DE LA HINCHADA. . .
 
 
En un sábado ordinario un sol canicular recibió un huracán de pasión vestida de rojo.  Desde  temprano las calles del norte del valle  de Aburrá se empezaron a teñir del color único que mueve masas y corazones.  De cada rincón salían; del metro, de las tiendas, de buses que se mueven únicamente por el combustible de esta pasión, de aquí y de allá, todos llegaron para cumplir con su tarea; alentar y apoyar.
 
El sol en su mayor esplendor acompañó la salida del equipo y cuatro mil que con el paso de los minutos aumentaban lo abrazaron cálidamente; ¡Hoy hay que ganar Diablos Rojos! ¡Hoy hay que ganar! Confusión absoluta; Rionegro familiarizado con las condiciones actuales ejerció dominio del juego mientras que los nuestros buscaban simplemente acomodarse en la cancha;  Palacios regresó a su posición original, Córdoba tomó el lugar de Yamilson así como Velásquez el de Brazales. El equipo no estaba generando fútbol y más allá de la oportunidad clara que tuvo el argentino de abrir la cuenta, el rojo estaba sumergido en un desconcierto general que permitía que el rival se acercara. Mientras la hinchada retenida en las carreteras lograba llegar al estadio, los de adentro no paraban de alentar; el rojo era local, pero la energía y el clamor que emanaban las tribunas, no llegaba a los pies ni la cabeza de los jugadores que apenas reaccionaron cuando el capitán tuvo que sacarla de su arco porque el marcador estaba 0-1.   Cinco minutos para el final del primer tiempo con el césped ardiendo y un gol por debajo, era utópico pensar que Córdoba ganara la posición y lograra soltar un buen centro para que Velásquez pudiera definir y empatar. ¡GOOOL! Lo hizo el argentino, acaba de borrar las que no metió, borró también eso que dicen que nuestros delanteros no la meten y  acaba de firmar un compromiso tácito con la hinchada; seguir marcando porque ahora necesitamos sus goles.  Otra vez se pierden 45 minutos, otra vez, ¿Hasta cuando? 
 
La gente seguía llegando. . .  
 
Al inicio de la segunda parte el equipo buscaba sombra con el balón y de allí el arco contrario.  Un par de llegadas anticipaban que la victoria sería posible y de paso podríamos también borrar un viejo karma que nos ata hace más de dos años.  Pero el partido cayó así como lo hacía la tarde antioqueña, pocas opciones y mucho, mucho calor, especialmente el de la hinchada que abriga a este equipo en las buenas y malas.  Corrieron, pusieron lo que nos gusta, el técnico tocó al equipo buscando profundidad y luego lo tocó para cobijarse. El segundo tiempo fue mejor que el primero, faltó fútbol pero hubo orden, faltó gol pero hubo disposición, faltó Yamilson pero debemos acostumbrarnos.  El partido se cerraba sin el premio para esta hinchada única que a pesar de todo nunca bajó su alta temperatura y recibía de la cancha palmas altas reconociendo su gran trabajo.  
 
Dejamos dos puntos en esta, la cuna de Marco Fidel Suárez que jamás olvidará el huracán que pasó hoy por allí y regresamos a casa con uno que invita a corregir y luchar a muerte por esta causa que tiene el deber de encontrar su fútbol el próximo lunes ante la mirada fascinada de 32 mil almas tan cálidas como las de hoy.
 
Al final la gente seguía llegando, no paró de hacerlo. . . Esto es América, es la única explicación.


Saludos!
 
MAURICIO BERMÚDEZ --- @MBER226

 

miércoles, 2 de abril de 2014

SENCILLO; HAY QUE METERLA. . .

  AMÉRICA 1  -- BARRANQUILLA 1 
 
SENCILLO; HAY QUE METERLA. . .
 
"Los goles te dan de comer y te dejan escribir poesía tranquilo" Ángel Cappa
 
Ambiente de fiesta y color en las calles para un martes pálido que mágicamente se vestía de carnaval.  Las puertas se abrieron, el sentimiento iniciaba su arribo a las tribunas custodiado por una brisa seductora que sería la obertura de una victoria amplísima; 24 mil llegaron a verla.
 
Elocuentes estruendos y una lluvia de papel picado acompañaron el inicio confuso del partido, frente a un rival que se sabía iba a esperar, aguantar y complicar, o como reza esa frase trillada “vienen a jugarse un partido diferente”.  Como en ocasiones anteriores la velocidad y el individualismo no fueron el mejor consejero del fútbol del rojo, parece que el equipo quisiera jugar al ritmo desenfrenado que propone la tribuna con sus cantos. El equipito que llegó al Pascual estaba complicando al grande, solo un par de opciones en balón parado certificaban que la generación de juego no fue óptima y que la definición se esta volviendo una pesadilla; nuestros delanteros están lejos del gol. Al igual que los recientes primeros tiempos, el equipo se retiraba del campo contrariado, cada uno jugó su partido, pero no jugaron el partido del América.
 
 
¿Qué pasará en un vestuario después de un primer tiempo como este? ¿Qué se dirá? ¿Cuál será el tono del discurso?
 
 
El equipo salió con la aguja del tacómetro más arriba y encontró el gol para destrabar esa maraña que dejó el primer tiempo; Yamilson tomó un rebote del arquero para facturar como lo ha hecho y lo seguirá haciendo el eje ofensivo de este equipo. ¡Vienen más!, una roja efímera vorágine de juego y actitud se tomó el partido; el equipo aspiraba al segundo, pretendía pasar de largo, fueron unos minutos muy buenos que por desgracia nuestros delanteros no definieron.  Entonces, como por arte de birlibirloque el equipo se desplomó y dejó languidecer ese asunto de buscar más goles, cayó estrepitosamente y pese a seguir contando con opciones para ampliar el resultado, el fútbol ya no era el mismo; esos primeros minutos del segundo tiempo fueron un simple espejismo.  Como no metimos la bolita, el rival aprovecho una de las tres que tuvo y ante un error inesperado de Suárez, sentenció el empate que cubrió la cancha con una sábana de desconfianza. Por poco perdemos, Barranquilla la tuvo sobre el final pero por fortuna su delantero definió como uno de los nuestros.  Y así, ante la impotencia que supone no poder derrotar a un rival débil y no poder marcar a pesar de tenerlas; así con esa extraña sensación coprológica en uno de los sentidos; así terminó el partido.
 
Silencioso el sentimiento que horas atrás entró convencido, ahora salía adusto pateando impotente pequeños pedazos de papel, buscando sin fin respuestas que solo se hallarán con el correr de los siguientes partidos, empezando el sábado en Bello donde llegara incondicional tu hinchada que te alienta donde vas.
 
Saludos!
MAURICIO BERMÚDEZ --- @MBER226

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